Más de 40 años después de la publicación de este single, una de las canciones más icónicas de la música disco y todo un himno LGTBI, el número uno de las pistas setentero pudo disfrutar de una nueva vida en un contexto totalmente diferente, en el que una vez más, proporcionó fuerza y esperanza a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, en sus comienzos, este himno feminista tan empoderador nació en un ambiente agridulce y de mucho sufrimiento para la artista norteamericana.
“Cuando empecé a cantar la canción no estaba pasando por mi mejor momento. Me habían operado de la columna y estaba vinculando la música a esta terrible experiencia, esperando que la cirugía fuera bien y que pudiera sobrevivir a la recuperación, para retomar mi carrera artística y poder seguir haciendo todas las cosas que había estado haciendo antes. Así que me lo imaginé de esta manera, creyendo que cualquier persona, por muy duras que fueran sus circunstancias, podría superarlo y sobrevivir, que podrían crear ese vínculo con la música para que les ayudara a reunir fuerzas, esperanza, coraje y empoderamiento, a través de las palabras que recoge la canción”.
Lo que sucedió fue que en 1978 Gloria Fowles (el nombre real de la artista), se cayó sobre un monitor mientras bailaba en el escenario del Beacon Theatre de Nueva York. “Tuve que ser operada porque tuve un accidente sobre el escenario, y al día siguiente me desperté con una parálisis de cintura para abajo y estuve en el hospital de marzo a julio. Lo perdí absolutamente todo: mi carrera, incluso mi casa en aquel momento. En la compañía discográfica me dijeron que no me iban a renovar el contrato. Cuando salí del hospital estaba esperando y pidiéndole a dios que hiciera algo por mí. Y entonces la compañía discográfica me llamó para decirme que no iban a rescindir mi contrato, sino que en cambio había venido un nuevo ejecutivo inglés que quería que yo grabara una canción con la que había conseguido un éxito en Inglaterra. Y cuando fui a grabar la canción les pregunté que cuál iba a ser la cara B del disco, y resultó ser I will survive, pero trabajamos para que la cambiaran a la cara A y al final se convirtió en un gran éxito”.
Esa cara A que menciona y que su sello Polydor insistía en que grabara, es Substitute, la versión de los Righteous Brothers en la que se centraron todos los esfuerzos y medios disponibles para la grabación. Porque nadie daba un duro por I will survive, una canción que permaneció guardada en un cajón durante años, y que fue escrita por Dino Fekaris, compositor de la Motown despedido, y Freddie Perren. Y allí en el estudio estaba la pobre Gloria, rabiando de dolor, enfrentándose al micrófono enfundada en una faja lumbar, para intentar dar lo mejor de sí misma (cuando a la reina de la música disco ya la habían dado por muerta). Era su última oportunidad para poder volver a salir a flote y retomar su carrera. Y lo consiguió.
* Fragmento de la entrevista de Mónica Ordóñez a Gloria Gaynor para Los40.com
Fuente: Los40.com